No he sido el
primero ni el último en ver la séptima entrega de "Star Wars", pero
es evidente que el éxito que está cosechando lo tiene bien
merecido. Eso sí, no olvidemos que el nombre y el morbo de la venta
que George Lucas hizo a Disney están influyendo en la desmesurada
dimensión del fenómeno.
Es lógico que, tras
millones de decepciones al ver la segunda trilogía, que en realidad
fue la primera, los fans hayan acudido en masa a ver este “Star
Wars VII: El despertar de la fuerza”. El hecho de que Disney, de la
mano de J.J. Abrams, haya tirado de toda la mitología de las
películas originales en un cóctel divertido y con ritmo, es más que
suficiente para que los mayores rememoremos nuestra más tierna
infancia, y los niños se enganchen a esta tercera trilogía.
Aun así, he leído
y escuchado todo tipo de comentarios, desde los que la ponen por las
nubes, hasta los que la vilipendian sin piedad. En mi caso, he de
decir que si la película tiene fallos, y no dudo de que los habrá,
yo no los vi. ¿Y sabes por qué no los vi? Porque reconozco que me
enganchó de tal manera, de principio a fin, que me sentí otra vez
como si volviese a tener diez años, que fue cuando vi por primera
vez la obra magna de George Lucas, “Star Wars IV: Una Nueva
esperanza”. ¿Se le puede pedir más a un filme? Yo creo que no.
Me queda una pena en
el alma, y es que, pese al éxito que ha tenido esta séptima entrega
de Star Wars de la mano sabia de Disney, que son los nuevos Reyes
Midas de Hollywood, no será suficiente para destronar del primer
puesto del podio a “Avatar”, de James Cameron que, pese a que no
la considero una mala película, no es digna de ser la más
taquillera de todos los tiempos en todo el planeta. Aunque esta no
deja de ser mi opinión, así que, estés de acuerdo o no, respétala,
como yo hago con la tuya. ¡Nos vemos pronto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario