Podemos hablar de
la Granada monumental, con su incomparable Alhambra.
También de su célebre tapeo. O bien de sus barrios, como el Albaicín, el Sacromonte o la Chana. O igualmente podríamos
hablar de Sierra Nevada y su nieve
perpetua.
Podríamos hablar
de tanto, que este espacio se nos quedaría corto. Por eso, lo mejor será que tú
vayas a Granada y la conozcas, la sientas y, sobre todo, la vivas en tu carne
propia, porque merece la pena y no hay otra forma de saber de qué hablamos
aquí.
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